Por Txema Ramos.
La cosmética en Corea del Sur es un vastísimo micro universo, con cientos de miles de productos, marcas y distribuidores que se pierden en un sinfín de conexiones empresariales, de grupos gigantescos con inversiones en los sectores más diversos, y que para el observador profano, es tan complejo como contar las estrellas de nuestra Vía Láctea.
Para una empresa occidental, establecer una relación comercial con cualquiera de estos miles de fabricantes (o siquiera intentarlo), sea éste un top seller o una pequeña marca, es una labor tremendamente complicada debido a una serie de factores, algunos obvios, como la barrera lingüística, y otros que no lo son tanto, pero que sin duda hacen que las relaciones entre empresas requieran de un estudio profundo tanto de la empresa en sí misma, como del producto que fabrican.
Una vez que la relación comercial se ha establecido, el proceso de importación de cualquier producto para el consumo (y más aún de productos cosméticos) dentro de la Unión Europea requiere de un esfuerzo hercúleo por ambas partes a la hora de cumplir todos los estándares que se exigen dentro de nuestras fronteras comunitarias.
Pero es el importador quien da la cara por todos los productos que se están vendiendo en su nombre, por tanto, la relación de confianza que se establece entre importador y fabricante debe ser máxima, ya que, ante una posible eventualidad, la responsabilidad recaerá en el importador exclusivamente.
Podemos por tanto asegurar que, si un producto ha sido introducido legalmente en nuestro país, sin duda cumplirá las normas de seguridad, y puede ser utilizado con absoluta tranquilidad.
Es primordial saber qué se compra, y dónde se compra, para asegurarnos de que se cumplen todos los requisitos y todas las regulaciones europeas.
Ante un mercado emergente y casi desconocido (por ahora) como es la cosmética coreana, nos gustaría con esta entrada arrojar un poco de luz sobre el artículo aparecido en Smoda donde se hacía de eco de una publicación en la revista de tendencias y moda Racked (en inglés), del 29 de Agosto, en la que se desgranaban los pormenores de las pobres condiciones higiénicas en las que se envasaban (particularmente el plegado y la introducción en su sobre) algunas mascarillas de origen coreano.
Los estándares de calidad de Corea del Sur son tremendamente exigentes, y las marcas que están decididas a entrar al mercado europeo son perfectamente conscientes de las condiciones que deben cumplir para tener éxito dentro de nuestros mercados.
Racked ha complementado esta información con un nuevo artículo del 7 de septiembre (y actualizado de nuevo el día 13) en el que algunas de las marcas mencionadas en el artículo previo han respondido a las preguntas formuladas por dicha publicación, y ofrecido información sobre sus procesos de fabricación.
Txema Ramos es técnico superior en comercio internacional y marketing manager en Blueberry Cosmetics LTD.